sábado, 21 de octubre de 2017

PLOTOBER 2017 - DÍA 21






Esto aún no ha terminado.
Y hoy toca escribir sobre...


HAY UN HOMBRE SIGUIÉNDOTE POR LA CALLE...


Raúl iba nervioso por una calle; una calle oscura, casi de cine de terror. Alguien llevaba un buen rato siguiendo sus pasos. No se atrevía a mirar quién era, porque se imaginaba que sería un asesino que iba a matarlo, o quizá un secuestrador que lo raptase y no dejase nunca salir de un zulo mugriento. O cosas mucho peores que nadie en su sano juicio se atrevería siquiera a describir. Es lo que tiene ser un chaval de 10 años adicto a los cómics. 

Raúl decidió despistar a su perseguidor, metiéndose por unas callejuelas que no conocía, con la esperanza de que si él se perdía, el hombre misterioso haría lo propio. Un quiebro por aquí, otro por allá, pero nada, el hombre no cejaba en su empeño y cual sombra le seguía. Y pasó lo que tuvo que pasar: un muro, la calle cortada, y Raúl no podía seguir. El hombre lo tenía acorralado. Raúl temblaba con cada paso que daba el hombre hacia él. Cerró los ojos y esperó lo peor. 

Silencio únicamente roto por el viento. Los claxones de los coches y voces gritando, otras murmurando. Raúl abrió los ojos, y vio que no había ningún hombre por allí. Debería habérselo imaginado, pero... ¡era tan real!. Y para su sorpresa, no había rastro del muro. Es más, Raúl no estaba en una calle, sino en medio del asfalto, y los coches le pitaban para que se apartase, y la gente le miraba confusa. Vaya espectáculo. Menos mal que su madre no estaba para verlo. Aún así... El hombre, el muro, ese ambiente oscuro y opresivo... No, no podía ser una alucinación. ¿Qué está ocurriendo aquí?

Raúl miró al suelo. Un papel curiosa y cuidadosamente doblado. Lo cogió. En el papel se podía leer:

"Donde acaba la ficción y empieza lo real, nadie lo sabe. 

Todos tienen su particular modo de ver la vida"


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